En primer lugar, significa entender que en el parto el protagonismo lo tiene la persona gestante y el bebé que nace; el personal y el sistema de salud son los acompañantes/facilitadores del parto. Por tal motivo, deben garantizar a los protagonistas respeto, seguridad, escucha hacia sus deseos sin apurar los procesos fisiológicos; y brindar siempre toda la información necesaria de manera clara y precisa para que se pueda elegir.
El parto respetado y humanizado promueve respeto a las particularidades de cada familia, etnia, religión y nacionalidad. Es un derecho que tiene que ser garantizado, protegido y planificado en conjunto.
Hoy deseo reflexionar sobre cómo las mujeres gestantes reciben acompañamiento e información durante este periodo. Es probable que muchas de nosotras coincidamos en que este tema es desconocido tanto antes como durante la noticia del embarazo. A medida que avanzamos en el proceso gestacional, nos informamos y profundizamos en el mismo.
Si te animas, te invito a que me compartas tu experiencia en torno a los siguientes interrogantes:
¿Recibiste información precisa y con claridad durante todo el proceso?, ¿Te sentiste escuchada y acompañada por tus facilitadores del parto, antes y durante ese momento?, ¿Te habilitaron el espacio para expresar tus deseos y planificar tu parto?
2 thoughts on “Semana mundial del parto respetado”
Justo esta semana escribí mi parto amiga! Lo comparto:
Para hablar de mi parto en 2022 necesito antes nombrar cosas que lo hicieron posible, humano y respetado:
*Estado Municipal de Mercedes presente
*Programa Mil Días (acompañamiento, información, equipos interdisciplinarios, análisis, controles de todo tipo, ecografías, radiografías, curva de glucosa, ticket de carne verduras y lácteos, todo cubierto)
*Curso de preparación para el parto que hicimos en el CIC (dictado por el Mil Días, obstetras y puericultoras)
*Hospital Provincial Blas Dubarry
*Charlas en pareja, con amigas madres, familiares madres, amigas no madres, hermana, etcétera
*Me prestaron y leí: pariras con placer, el parto es nuestro. Hermosos
Miércoles 8 de junio de 2022. 2y30 de la madrugada, me despierta un dolor fuerte en la panza, bajo vientre, contracción. Voy al baño lentamente, hago pis, vuelvo a la cama. A la medio hora, otra vez. Dormité entre levantada y levantada. En una de las idas al baño le saque una selfie a la panza. Empezó a amanecer y ya la cama no me quedaba cómoda. Con Lucas supimos que Lucero vendría hoy. Él se llevó a los chicos del refugio al campo. Recurrí a MOVERME. Caminé por la habitación, me senté en la pelota, volví a caminar. Al regreso Lucas hizo un desayuno riquísimo, pude comer la mitad. Él se puso a limpiar la casa y puso música. Yo seguí caminando, use la cama para ponerme en cuatro patas, mover las caderas de un lado a otro. Varias idas al baño. Pasaron mis viejos a saludarnos, a dejarnos sus energías amorosas, y se fueron a pasar el día al refugio del campo, con los otros gurises.
«En Australia Lucero ya nació», les mandé por wsp a mis amigas de la facu.
Cada vez aumentaba más el dolor, se me estaba abriendo la cadera en dos. En un momento recordé un sueño muy muy vívido que había tenido hacia años una noche menstrual: estaba por parir en el monte, en una gran ronda conformada por mis mujeres. Asíque me las traje, mi hermana, mi madre, mis amigas de jardín, primaria, secundaria, las de la facu, mis primas vivas y la que me guía desde el aire, mis tías, compañeras de militancia, de vida. Todas danzaban con las caderas como yo, un trance imaginario bellísimo.
Al mediodía me salió flujo marrón rojizo. Fuimos con Lucas a dar la vuelta a la manzana mas larga de mi vida, paraba cada dos pasos a respirar, gemir y seguíamos. En la placita sentí que ya no podía más, llegamos a la casa, cargamos bolsos y al hospital.
Al llegar esperé unos minutos a que abrieran la puerta de maternidad, pasé sola al control, la enfermera indicó que me acueste, imposible mi ciela, seguí moviendome. Vino Ludmila, obstetra de guardia, me indica que me suba a la camilla de parto para realizar un tacto. Había restos del parto anterior. Lo sacan rápido con la enfermera, me subo sin pantalones ni bombacha, me toca y me dice «estás completa, no tenes nada, ni el cuello del útero». Me reí, me reí de emoción porque Lucero estaba cerca. «Si te reís otra vez sale tu bebé»..que lindo venir al mundo a las risas pensé, me concentré en lo que vendría y pedí que hagan pasar a Lucas (insistí tres veces). El hospital provincial público contaba con banco de parto por si queríamos intentar parir ahí, pero no llegué ni a mencionarlo. Me pusieron por vena un tubo obligatorio por si hay alguna circunstancia que amerite medicación. Ya me lo habían dicho en el curso.
A Lucas le sugirieron que me agarre la mano derecha, y con la otra me sostenga la espalda. Primer pujo fallido. Volví a inhalar. La obstetra me sostenía los músculos de mi vagina que se estaban estirando como nunca jamás. Eso hizo que no haya que cortar. Había un reloj redondo viejo en la pared, mire la hora: 14.15. En los siguientes dos pujos ya estaba saliendo. Lo sacan y me lo traen al pecho, respiraba cortadito, «está estresado, déjenlo en el pecho de la mamá así se recupera» dijo la partera presente. Hospital público. Y ahí estuvimos 45 minutos viendo como la criatura busco el pecho, diciéndole cosas hermosas entre lágrimas.
Qué rápido, que fuerte mi cuerpo cómo banco todo el preparto en casa. Ese subidon de oxitocina que siguió fue una de las emociones más zarpadas que experimenté, en camisón estirado y con bombacha pañal me creí la mujer maravilla con su criatura durmiendo al lado.
Gracias inmensas por compartir tu relato. Quiero decirte, mejor dicho, confirmarte que fuiste una mujer maravilla, sacaste esos poderes desde tus entrañas para parir a tu bebito maravilla.
Virgi, es tan hermoso como describís ese preparto entre dolor, incomodidad, recuerdos, comidita, amor, compañía, espera y risas, abrazandote en vida!
Celebro a ese hospital público que supo acompañarlos en su proceso desde un lugar respetuoso y amable.