Es natural que tanto mamá como papá experimenten una serie de cambios en su relación de pareja y en su dinámica familiar. La atención se centra tanto en el nuevo integrante, que puede generar momentos de abrumación y desencuentros, ante la necesidad de adaptarse a sus nuevos roles y responsabilidades.
Es fundamental que ambos miembros de la pareja se apoyen mutuamente y practiquen la empatía y la comprensión durante este proceso. Reconocer que están atravesando una etapa de adaptación permite enfrentar los retos juntos y fortalecer el vínculo. La auto-observación y la comunicación abierta son claves para humanizar esta experiencia; de esta manera se habilita el espacio para que cada uno exprese sus emociones y vivencias que los interpelan en su ma/paternidad.
Además, buscar información sobre la crianza o sobre lo que los movilice de la etapa, y compartir experiencias con otros ma/padres puede ser un gran apoyo.
Deseo señalar que esta etapa es temporal y, con el paso del tiempo, la gestión de las responsabilidades se vuelve más eficaz y conocida. Lo importante es que la pareja se acompañe saludablemente en este viaje, descubriendo juntos su nueva faceta como pareja y como ma/padres.
1. Establecer un tiempo para hablar: dedicar momentos específicos para conversar sin distracción. Esto puede ser después que los niños se acuesten o durante un paseo.
2. Escucha activa: Practica la escucha activa, mostrando interés genuino en lo que tu pareja dice. Hacer preguntas, refleja lo que has escuchado para asegurarte de que ambos están en la misma sintonía.
3. Expresar sentimientos: Hablar sobre las emociones y preocupaciones de manera abierta y honesta.
4. Resolver conflictos juntos: enfocarse en encontrar soluciones juntos, abordando los problemas como un equipo.
5. Ser pacientes y comprensivos: La crianza puede ser estresante. Practica la empatía y recuerda que ambos están aprendiendo y adaptándose a nuevas situaciones.
6. Priorizar el tiempo en pareja: planificar tener tiempo a solas, aunque sea breve. Esto ayuda a fortalecer la conexión emocional y a recordar por qué están juntos.
7. Utilizar el humor: A veces, una buena risa puede aliviar tensiones y hacer que la comunicación sea más fluida.
8. Establecer límites claros: Hablen sobre las expectativas y responsabilidades en la crianza para evitar malentendidos y resentimientos.
9. Buscar ayuda externa si es necesario: No duden en acudir a un terapeuta o consejero si sienten que necesitan apoyo adicional en su comunicación.
10. Paciencia: ambos construyendo y descubriéndose en su rol.